La producción de Alfredo Gallegos Mena (Ciudad de México, 1991) funciona por series abiertas que van creciendo con el tiempo: cajetillas de cerrillos antiguas recortadas y acomodadas para formar composiciones geométricas a la manera de partituras cromáticas, pinzas de madera para colgar ropa desarmadas y reconfiguradas en relieves coloridos, mascaras de protección para baseball adornadas al estilo precolombino, huellas de pastillas de freno organizadas en rondas concéntricas sobre telas decoloradas al sol son unos, entre varios, de los ensambles que Gallegos Mena está componiendo.

                    

La serie aquí expuesta, acuñada en 2020, ocupa un lugar peculiar en la obra de Gallegos Mena, ya que es la única que aborda un tema sociopolítico y ecológico de actualidad a diferencia de las series anteriormente mencionadas que se sitúan más en el “ámbito estético- seductivo”.

                    

El aguacate es conocido por sus calidades dietéticas y sus virtudes oleaginosas y vitamínicas excepcionales. Dicho de otra forma, esta fruta es buena para la salud y conoce hoy en día un éxito internacional fenomenal. Esta demanda pletórica generó un aumento de la producción y provoco la privatización y desaparición de miles de hectáreas de bosques tradicionales. Si a esta deforestación añadimos el alto consumo de agua que necesita esta cultura y el derecho de piso que cobra el crimen organizado, tenemos idea del desastre ecológico y social que las composiciones de Gallegos Mena enfatizan de manera explicita. Hechas con pedazos de piel de aguacate de la especie hass seca acomodados sobre tabla de madera, ocho de los doce cuadros dan a leer palabras relacionadas al tema: el aguacate comparte con el dólar el calificativo de oro verde; Tucumán, al noreste de Argentina, Petorca, en la provincia de Valparaíso en Chile, y La Libertad, uno de los veinticuatro departamentos de Perú, son las principales zonas de producción y exportación de palta, denominación del aguacate en América del Sur. México produce un tercio de la fruta disponible en el mundo y 80 por ciento de esta producción provienen de Michoacán. La ley en este estado solo autoriza a cambiar la vocación del suelo forestal por agrícola cuando los árboles de ciertos terrenos son talados o se incendian. Imaginamos sin ningún esfuerzo la solución expeditiva escogida por quien quiere aprovecharse del éxito de esta fruta.

                    

Últimamente, el artista ha sentido la necesidad de alejarse de los aspectos escandalosos de la cultura del aguacate resumidos en la parte textual de la serie Oro verde, deseando que su obra se aleje de cualquier forma de explotación artística del desorden político social para volver a centrarse en el acto creativo y en el saber hacer que requiere su realización. Para marcar esta decisión, redactó un contrato con una abogada que ofrece a un tercero el derecho a desarrollar una nueva serie de composiciones utilizando palabras distintas de las presentes en esta primera serie. Esta etapa conceptual corresponde a un giro ético en la carrera de Alfredo Gallegos Mena, que sería un error subestimar.