Todos los templos
F r a n c i s c o M u ñ o z
Tlaxcala, 1984.
Vive y trabaja en la Ciudad de México
La práctica multidisciplinaria de Francisco Muñoz abarca escultura, dibujo, collage, pintura, textiles e instalación. Se formó como artista en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, Ciudad de México y posteriormente en la Escuela Nacional de Bellas Artes, Lyon, como parte de una estancia artística. Su obra se sitúa entre el cuestionamiento y el análisis de las identidades nacionales, sobre todo en términos estéticos. El artista es originario de Tlaxcala, lugar crucial en el imaginario producido por la historia oficial de México en cuanto al periodo de la Conquista, por medio de esta posición Muñoz se aproxima a las imágenes y símbolos de lo precolombino como parte de los discursos del presente, que son necesarios explorar y cuestionar.
Uno de los ejes principales de su obra, es la relación que tienen los objetos con distintos contextos y cómo se pueden reordenar sus significados, mediante modificaciones materiales, asociaciones conceptuales o intervenciones con pintura. Las posibilidades que representa la adaptación de los objetos a diferentes ámbitos, son clave para la práctica de Muñoz: la identidad de cada pieza parte de la multiplicidad, del encuentro entre sus significados “de origen” y aquellos que asimila, tanto en el proceso de la labor artística como en el punto de encuentro con sus espectadores. Este sincretismo conecta directamente lo conceptual con lo material, línea sobre la cual se desenvuelve su obra. El trabajo de Muñoz se encuentra en la Colección Alain Servais (Bélgica) y en diversas colecciones privadas en México.
Francisco Muñoz
Templo de Venus, 2022
Acrílico sobre lino
150 x 50 cm
La imaginería de Venus es variable y extensa: va desde las inscripciones jeroglíficas hasta su identificación por medio de símbolos, por ejemplo la estrella de cinco puntas, el jeroglífico del día maya Laamat, el logograma T510b o las figuras de rostro humano que Sprajc identifica con ese planeta.
Como en Cacaxtla se ven estrellas de cinco puntas, y además aparecen con el personaje que tiene la cola de alacrán, se estableció desde el descubrimiento que los murales tenían una vinculación con Venus. De forma similar, la estrella venusina se ha identificado en el atavío del personaje 2 del muro poniente del Edificio B o mural de La Batalla; de hecho Carlson (1991) utiliza este símbolo y la escena bélica para proponer la unión Venus-guerra que fue tan popular en la década de los noventa del siglo pasado.
El mismo autor se ocupa de analizar símbolos o signos similares a la estrella de cinco puntas o al conocido como jeroglífico de Venus o estrella de los mayas y sus equivalentes en otras regiones mesoamericanas.*
*Uriarte, M. T., Velásquez, E. (2013). El mural de la Batalla de Cacaxtla. Nuevas aproximaciones. En De la Fuente, B. (Coord.) La pintura mural prehispánica en México: Cacaxtla. Tomo III (p. 692). México: Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Estéticas.
Francisco Muñoz
Dos soles, 2022
Acrílico y grafito sobre lino
150 x 50 cm
La pintura negra corporal en los ejemplos de Cacaxtla e Ixcaquixtla, y el pelo largo del personaje pintado en la jamba sur del Edificio A, al parecer hacen referencia al oficio de sacrificador si consideramos la descripción que hicieron varios misioneros de los sacerdotes que se pintaban de negro y llevan los cabellos muy largos. Fray Alonso de Molina provee en su diccionario náhuatl-español anotaciones para papactli: “cabellos enhetrados [enmarañados] y largos de los ministros de los ídolos, y cabellos de los que sirven en los templos de los ídolos”. Garibay (1996:137) también discute la etimología de esta palabra: “Papa, papas, llamaron a los sacerdotes de los ídolos los españoles. La palabra procede de papahua: el que tiene cadejos o cabello muy enredado, papactli, o sea, los largos cabellos apelmazados que caían de sus cabezas, endurecidos por la tintura negra ritual y la sangre”
*Urcid, J., Domínguez, E. (2013). La Casa de la Tierra, la Casa del Cielo: los murales en el Edificio A de Cacaxtla. En De la Fuente, B. (Coord.) La pintura mural prehispánica en México: Cacaxtla. Tomo III (pp. 628-630). México: Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Estéticas.
Francisco Muñoz
Collar de noche, 2022
Acrílico y grafito sobre tela
150 x 150 cm
En Cacaxtla, el felino se encuentra plasmado en varios murales de diferentes estructuras, desde aquellos considerados más tempranos, que son los del Cuarto de la Escalera, hasta los más tardíos, como los del Edificio A. Se cuenta igualmente con imágenes de felinos en los murales de la subestructura del Edificio B, en el Templo Rojo y el Templo de Venus. Sin embargo, aunque su presencia es constante en Cacaxtla, es importante señalar que en ninguno de los casos se representó al felino de cuerpo completo en una posición natural, a diferencia de lo que sucede, por ejemplo, con el ave representada en el muro sur del Edificio A, o como es el caso de varios animales que forman parte de las llamadas bandas acuáticas, entre los que se encuentran moluscos, cangrejos, sapos, tortugas, serpientes y garzas. En cambio, abundan los ejemplos en los cuales el felino se encuentra formando parte de la indumentaria de varios personajes, lo que muestra la importancia que llegó a adquirir en tiempos prehispánicos el hecho de portar algún atuendo elaborado con la piel de un mamífero de este tipo. Además, una de las formas más notables en que se encuentra representado el felino es combinado con otros animales, es decir, que algunos atributos del carnívoro se mezclan con los de otras especies para formar un animal sobrenatural.
*Título por Hugo Robledo
*Guerrero, F. (2013). La presencia del felino en la pintura mural de Cacaxtla. En De la Fuente, B. (Coord.) La pintura mural prehispánica en México: Cacaxtla. Tomo III (pp. 480-481). México: Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Estéticas.
Francisco Muñoz
Templo Rojo I, 2022
Acrílico, lápiz de cera sobre tela
50 x 50 cm
Francisco Muñoz
Templo Rojo II, 2022
Acrílico, lápiz de cera sobre tela
50 x 50 cm