El proceso artístico de Maximiliano Rosiles está muy influenciado por su crianza, dividida entre la zona fronteriza del sur de Texas y Guanajuato, México. En su obra hay una intención de considerar las intersecciones de su origen mexicano y sus experiencias vitales en Estados Unidos. Más que definirse por una u otra cultura, trasciende esta dualidad estableciendo una pertenencia que reside en un espacio indefinido, no situado, inmerso en un sincretismo transcultural.

 

Los temas y materiales que ocupan un lugar central en su lenguaje son los que transitan encubiertos en la periferia de los sistemas de producción industrial, sociopolítica y cultural. Su obra abarca la instalación, la escultura, el vídeo y la performance, que utiliza para investigar temas relacionados con el trabajo, la migración, la globalización, la aculturación y el impacto socioambiental de la producción en masa.

 

A través de su exploración formal, Rosiles analiza la transformación industrial de los materiales, especialmente los textiles, al tiempo que explora los límites de la forma, la textura, la masa y el espacio. Con su uso de los textiles, establece una conexión tangible con su punto de origen empleando un materialismo antropológico que centra su práctica en una mezcla vernácula diaspórica del pasado, el presente y el futuro. Mediante el uso de materiales precarios y morfologías más cercanas a la abstracción que a la figuración, la estética empleada en su obra se utiliza para cautivar al espectador evocando respuestas físicas y emocionales, invitándole a reconsiderar las cuestiones matizadas que presenta.

 

Muchos de sus proyectos están vinculados al concepto de liminalidad, descrito por Maximiliano como "estar en un estado constante de deconstrucción, transformación y curación dentro de la interfaz de la contradicción". Se trata de una práctica caracterizada por la fragmentación, reconfiguración y unificación de elementos dispares, inspirada en la naturaleza caótica de vivir en un estado perpetuo de transición entre culturas, creencias y perspectivas en conflicto. Desde la perspectiva de un extraño, la obra de Maximiliano difumina el umbral entre elementos aparentemente contradictorios, forjando formas híbridas que utilizan lo intermedio como materia prima.