Ismael Sentíes
 

Arde el umbral, de Ismael Sentíes, plantea una selección de pinturas y dibujos realizados entre 2023 y 2025. Las piezas que conforman esta exposición evocan experiencias mnemónicas que sitúan al espectador frente a atmósferas fragmentadas, donde la incertidumbre niega salidas fáciles. Para Sentíes, el hacer artístico nace de la tensión entre los cuerpos implicados: el cuerpo que pinta, el cuerpo de los materiales y el cuerpo de lo representado. Cada uno propone desafíos constantes en busca del accionar. En esta ocasión, las obras actúan como un atentado contra la inercia, no solo por el posicionamiento del artista, sino también por lo que las piezas declaran de sí mismas. Desde una lógica obsesiva, Sentíes archiva trazos, formas y gestos que nacen en la memoria, se añejan allí dentro y, eventualmente, se dejan entrever en una o en más de sus composiciones. En este proceso, la repetición constante de formas (re)conocidas tiene un rol protagonista pues el artista se permite alterar y perfeccionar elementos reincidentes. Este acto pictórico, que pareciera meramente carnal, deviene a su vez en aparición: se vuelve presagio. El recorrido por la exposición invita a transitar gradientes entre un estado de contemplación provocado por la quietud y otro detonado por un evento devastador. En este umbral, lo que arde es la conversación entre lo reconocible y lo velado, entre el gesto espontáneo y el eco persistente de imágenes que insisten sin definirse plenamente. Arde el umbral documenta el instante en que la luz se vuelve llama, como una combustión espontánea que irrumpe la especulación. La cabaña ardiente, lejos de ser un mero paisaje, se vuelve autobiografía pintada con los pigmentos de un quiebre; un pronunciamiento que revela, en cada trazo, la búsqueda del acontecimiento

cosa rapozo y Hernán González